sábado, 2 de julio de 2016

Toledo hacia 1880 fotografiado por Léon Lemuet

Después de 8 años de andadura del blog, con más de 15.000 fotografías publicadas y casi 300 entradas pudiera parecer que es ya imposible localizar nuevos hallazgos sorprendentes del pasado fotográfico toledano. Sin embargo, nada hay mas lejos de la realidad. Cada día que pasa, estoy más convencido de que aún no ha hecho más que aflorar la punta de un inmenso iceberg. Son aún centenares, si no miles, las fotos de Toledo que poco a poco podré iros ofreciendo para que las vayáis digiriendo y disfrutando. No tendría sentido ponerlas todas de golpe y desordenadas, pues el refranero castellano es sabio y dice que "lo poco agrada y lo mucho cansa". Además, es necesario contextualizar las fotografías y aportar datos sobre el autor o lo que aparece en las imágenes y eso, muy a menudo, lleva más trabajo que el propio descubrimiento de las fotos.
Como buen ejemplo de lo que comentaba, hoy os traigo seis fotografías inéditas y desconocidas tomadas hacia 1880 por un francés llamado Léon Lemuet. Sí, habéis leído bien, 1880. Casi 140 años desde que fueron tomadas y nunca antes vistas en la ciudad...¡es realmente emocionante!
Léon Edmond Lemuet nació en la pequeña localidad de La Vendelée cerca de Coutances, en la Baja Normandía el 9 de junio de 1833. Como fotógrafo permaneció en activo entre 1869 y 1899 tanto en Coutances como en Caen y París. Se unió a la Sociedad Francesa de Fotografía en 1870, fotografiando también para la Sociedad Geográfica Francesa desde 1874. En 1880 se incorpora como miembro de la Sociedad Académica de Cotentin, dentro de la cual será uno de los responsables de la junta de museos.
Léon Lemuet fotografiado por Ernest Ladrey. Biblioteca Nacional de Francia
La mayoría de sus fotografías fueron reproducidas en papel a la albúmina a partir probablemente de negativos al colodión en placas de vidrio. Hizo algunas reimpresiones al final de su vida en papel de plata.
Participó en la Exposición Universal de París de 1878, donde obtuvo una mención de honor, en la Exposición Universal de 1889, donde se le concedió una nueva mención de honor y finalmente en la Exposición Universal de 1900. Al igual que sus colegas Durand y Thiebaut participó en la publicación, con ilustraciones basadas en sus fotos, de folletos de la monumental y pintoresca Normandía, impresos por el editor Havre Lemâle. Sus imágenes se reproducen también en el libro Le Diorama Photographique hacia 1895. Léon Lemuet no se limitó a fotografiar la Normandía, sino que fue un activo viajero que recorrió toda Francia, así como Grecia, Italia, España, Marruecos, Gran Bretaña, los Países Bajos y Bélgica.
Lemuet debió fallecer hacia 1908,poco después de ser inmortalizado en esta fotografía:
Léon Lemuet en julio de 1908

Hacia 1880, como os decía, Léon Lemuet visitó Toledo obteniendo al menos seis fotografías que he conseguido localizar recientemente. Son de gran belleza y retratan la ciudad que por entonces tanto solía fotografiar Don Casiano Alguacil. En mi opinión, la más bella de las tomas de Lemuet es esta vista del Baño de la Cava, con las murallas reflejándose en el por entonces limpio y vivo río Tajo:
Baño de la Cava en Toledo hacia 1880. Fotografía de Léon Lemuet.

Muy cerca de allí, tomó esta vista del Puente de San Martín, con sus desérticas y rocosas riberas:
Puente de San Martín en Toledo hacia 1880. Fotografía de Léon Lemuet.

Otra sensacional vista de Lemuet nos muestra el Alcázar y el Puente de Alcántara desde el cerro del Castillo de San Servando:
Puente de Alcántara de Toledo hacia 1880. Fotografía de Léon Lemuet.

¿Qué me decís de esta preciosa vista de la Plaza del Ayuntamiento con la Catedral al fondo?
Catedral de Toledo hacia 1880. Fotografía de Léon Lemuet.

La Puerta del Sol también forma parte de los lugares fotografiados en Toledo por Lemuet:
Puerta del Sol en Toledo hacia 1880. Fotografía de Léon Lemuet.

Para finalizar, os dejo esta vista del Claustro de San Juan de los Reyes:
Claustro de San Juan de los Reyes en Toledo hacia 1880. Fotografía de Léon Lemuet.

Como podéis ver, se trata de seis joyas tanto por su belleza como por su antigüedad y carácter inédito. No quiero terminar esta entrada sin agradecer públicamente a la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo el premio que el pasado 30 de junio me entregó. Sin duda, me llena de fuerza para seguir con esta pasión por mucho tiempo.

1 comentario

Ricardo Sánchez Candelas dijo...

Esta serie me sirve para ratificarme en algún otro comentario anterior referente a lo variado de la vegetación “urbana” de Toledo según distintas épocas. La fotografía de la Puerta del Sol que se nos muestra en esta entrada del fotógrafo francés León Lemuet, sin un solo árbol en la Cuesta de las Armas, contrasta con otras varias publicadas en el blog, en la que el margen de la carretera, ya acera de la calle, se ve ocupada por ejemplares arbóreos, (en casi todos los casos falsas acacias). El aspecto del paraje es desolador en su brutal aridez, para colmo hasta carente de presencia humana alguna. Sin embargo, hoy, que esta subida a la ciudad también carece de la más mínima presencia de arbolado, parece que nos resulta una estampa totalmente asumida en su normalidad, y siempre nos da por pensar, en este caso concreto, si tal ausencia es debida al buen criterio de los gobernantes municipales de no ocultar un ápice a la severa hermosura primitiva de la arquitectura de la Puerta. Por pensar bien que no quede.
En el caso de la Plaza del Ayuntamiento nos encontramos con otro curioso contraste. En aquella ocasión, la presencia arbolada es la mezcla de las sempiternas acacias de bola con algunos cipreses, en su variedad menos pura, (Cupressus sempervirens horizontalis). Lo llamativo de la fotografía es su condición de testimonio gráfico de la significativa variación de la ornamentación vegetal de la Plaza con otras de épocas distintas y no tan alejadas en el tiempo. En nuestros días, como en el caso de la Puerta del Sol, salvo algunos ejemplares de olmo, (Ulmus pumilla), ya de importante desarrollo, en el perímetro de la plaza, (fachada del Palacio Arzobispal sobre todo), también hemos asumido como “normal” ese paisaje urbano despoblado de vegetación arbórea.
Se ve que los ediles toledanos de las distintas épocas han tenido criterios muy diferentes –y de ahí los frecuentes cambios– en materia de dotación arbolada de la ciudad. Si repasamos numerosas series de las publicadas en el blog, veríamos que esta variación en la propia Plaza de Zocodover, casi alcanza niveles de muestrario. Aparte de diferencias de criterio en otras materias, claro está.

© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall